El viento es la fuente de energía de los parques eólicos Los Cocos y Larimar. Cincuenta y cinco aerogeneradores reciben el impulso del aire en sus aspas, que están conectadas a la nacelle o cabeza del molino; y colocado ésta sobre una torre que supera los 80 metros de altura.
Las aspas transmiten un movimiento de giro al buje y al eje de la maquinaria que está dentro de la nacelle. Una multiplicadora aumenta la velocidad a 1,500 revoluciones por minuto y la aplica al generador. La energía mecánica es convertida aquí en energía eléctrica.
En la nacelle de cada molino hay un generador que produce electricidad a 690 voltios y un transformador que la eleva a 34,500 voltios. Cada aerogenerador tiene una capacidad instalada máxima de entre 1.8 y 3.3 MW, según el modelo.
Los aerogeneradores están equipados con instrumental de medición del viento que transmite información al centro de control y permite la operación y la orientación de los mismos para una producción energética más ventajosa.
La energía generada es conducida a través de líneas soterradas de media tensión y entregada a una subestación de transformación con capacidad de 100 MW, monitoreada en tiempo real por un centro de control. Allí se eleva la tensión de la electricidad a 138,000 voltios, apta entonces para conectarse a la línea de transmisión.
Los parques eólicos Los Cocos y Larimar tienen una capacidad instalada total de 77 MW y 49.5 MW (respectivamente). Esta energía se inyecta al Sistema Energético Nacional Interconectado (SENI) en la subestación Los Cocos, que se enlaza a la subestación Cruce de Cabral, cerca de la ciudad de Barahona, a través de una línea de transmisión de 200 torres y 56 kilómetros de longitud.